Las bicicletas no solo son para
hacer deporte o salir a pasear, también pueden ser útiles para ir al trabajo.
Gracias a ellas, sus usuarios reducen la contaminación y el tráfico de las
ciudades, mejoran su estado de forma y su rendimiento laboral, y ahorran tiempo
y dinero. Pero antes de ponerse a pedalear, conviene seguir unos cuantos
consejos para evitar posibles problemas. La concienciación es esencial para
promover la bicicleta como medio de transporte laboral: los ciudadanos tienen
que hacer ver esas ventajas a instituciones y empresas, para eliminar las
posibles dificultades.
Ventajas
Menos contaminación: la bicicleta
no necesita gasolina y, por ello, evita su impacto ambiental y la dependencia energética. En la actualidad, uno de
los principales culpables de la mala calidad del
aire en las ciudades es el automóvil, en especial los modelos
atrasados. La contaminación acústica
también se reduce al circular en bici.
Mejora la salud personal, laboral y
urbana: hacer ejercicio es saludable y usar la bicicleta a diario
puede ayudarnos a estar en buena forma.
Las ciudades también mejoran su
"salud": la circulación por sus calles es más fluida si se
cambian vehículos por bicicletas. Se estima que un automóvil necesita un
espacio para aparcar similar al de diez bicis. Por su parte, el transporte
público puede ofrecer un mejor servicio.
Ahorro de tiempo y dinero:
diversas pruebas comparativas entre los diferentes medios de transporte urbano
indican que la bicicleta es el más rápido. Los embotellamientos habituales de
las horas pico se sortean más fácil, en especial si se pedalea por los cada vez
más numerosos carriles-bici de las ciudades.
Si se sustituye el coche privado por la bicicleta,
o si al menos se reduce su uso, el ahorro económico puede ser considerable. El
gasto en transporte público también desaparece si se va sobre dos ruedas al
trabajo.
La bicicleta permite además ganar tiempo, al
realizar dos actividades (hacer deporte y desplazarse), y dinero, ya que de
esta manera no hace falta apuntarse a un gimnasio.
Consejos para ir a trabajar en
bicicleta
Recomendaciones previas: cambiar el automóvil o
transporte público por la bicicleta para desplazarse por la ciudad es una
experiencia a la que conviene habituarse. Por ello, es recomendable hacer antes
trayectos cortos, pasear, visitar a un amigo cercano, etc.
Antes de ir al trabajo, hay que planificar el
trayecto. Se deben evitar las vías con más tráfico motorizado y buscar rutas
alternativas menos concurridas, a ser posible con carriles-bici, aunque haya
que pasar por más calles.
Calcular las distancias y el tiempo también es
muy importante para llegar a la hora. Si el trabajo está a una distancia
superior a cinco kilómetros y/o tiene grandes desniveles u obstáculos
importantes, se puede optar por una fórmula mixta y utilizar transporte
público. Por lo general se pueden llevar bicicletas, pero conviene informarse
con anterioridad de las normas y las restricciones. Y si hubiera prohibiciones,
las reclamaciones ciudadanas son una forma activa de fomentar este medio de
transporte ecológico.
Elegir modelo: lo más importante
es seleccionar la bicicleta que más se adapte a las necesidades, gustos y
presupuesto. Las urbanas son más ligeras y cómodas para andar en ciudad, las de
montaña son más resistentes, las híbridas aúnan las características anteriores,
las
eléctricas ayudan al pedaleo y las plegables ocupan poco espacio y dan más
opciones para llevarlas en transporte público y guardarlas en la oficina. Y si
están dentro del recorrido y horarios.
Una bicicleta completa: hay que
cuidar varios elementos necesarios para ir al trabajo. Los cubrecadenas y los
guardabarros en las ruedas delantera y trasera evitarán posibles manchas. Una
cesta delantera y/o una cesta trasera servirán para llevar el maletín o
cualquier otro elemento laboral. Las luces y los elementos reflectantes harán
más visibles a los ciclistas para los carros y son obligatorios si se circula
de noche. Conviene tener una bomba, unos parches y una llave multiherramienta
para mantener la presión de las ruedas y arreglar posibles ponchaduras.
Tener la vestimenta adecuada: se
puede ir con todo tipo de ropa, incluso traje, si se ponen los medios para
evitar que se ensucien, como agarraderas para los tobillos. No es recomendable
ir muy abrigado, porque enseguida se entra en calor. Una elección acertada es
llevar alguna prenda externa cortavientos. Si se suda mucho, se puede llevar
una camiseta interior de repuesto. Para los días de lluvia, un impermeable y
transpirable o una capa con vuelo, de manera que al ir apoyado sobre los brazos
tape también las piernas. El uso del casco no es obligatorio en vías urbanas
(sí en interurbanas), pero siempre es recomendable por seguridad. También se
puede optar por una mochila o un bolso en bandolera para llevar materiales de
trabajo, o la ropa que pueda sobrar durante el camino. Unos guantes, además de
quitar frío, pueden reducir los daños en caso de caída. En cuanto al calzado,
ha de ser lo más cómodo posible y, si se puede, con suela antiderrapante.
Hacer una conducción relajada, atenta y
responsable: para evitar sudar y ponerse en riesgo, lo mejor es ir a
una velocidad tranquila, sin agobios. Al ponerse en carretera, el respeto y la
educación cívica son la base. Hay que seguir las normas de tráfico para no
tener problemas con los coches, y respetar a los peatones. Como la bicicleta es
el vehículo rodado más débil, conviene cuidar la seguridad, en especial en las
intersecciones, donde los coches se fijan menos en las bicicletas. En calles
estrechas es mejor ir por el centro del carril para evitar posibles
adelantamientos peligrosos. Conviene estar atento a los posibles obstáculos,
grietas, hoyos, etc. que pudiera haber en el camino. Mucho cuidado con la pintura
de los carriles-bici o las marcas viales de la carretera, que a menudo resbalan
cuando llueve.
Buscar una buena zona de aparcamiento:
lo idóneo sería tener un lugar reservado en el lugar de trabajo o dentro del
propio edificio. Es fundamental concienciar a los compañeros y jefes de la
importancia y ventajas del uso de la bicicleta y que se pongan los medios para
ello. Si no es posible, hay que buscar lugares resguardados contra las
inclemencias meteorológicas y el vandalismo, y llevar un buen candado.
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