Un workaholic
es aquella persona que tiene una necesidad compulsiva e implacable para
trabajar. En psicología se le define
como una persona obsesivamente adicta al trabajo. Este término surge en la
actualidad por la dificultad que se tiene en encontrar un empleo digno, por la
numerosa competencia profesional que existe, por mantener un empleo o para obtener
un empleo de mayor jerarquía en una organización mismo que será mejor
remunerado pues uno de los mayores miedos que la causan inseguridad a el ser
humano es precisamente la pérdida del empleo.
Un workaholic es pues una persona que trabaja compulsivamente a expensas de
otras actividades. Esto último les provoca un gran estrés, es decir,
al tomar un descanso de unos breves días o “parar” con la actividad, que es
trabajar, sienten que algo les hace falta y comienzan a padecer síntomas de desasosiego
lo cual termina provocando más estrés y
ansiedad en la persona afectada por éste padecimiento.
Se trata de seres sumamente ansiosos, exigentes
consigo mismos a quienes les es más
sencillo cumplir de forma permanente con obligaciones que dejar de hacerlo.
Normalmente
se ve reflejado en aquellas personas que dedican todos sus esfuerzos en el
trabajo diario, se desprenden de todo lo demás que ocurre en su vida ya sea su vida social, familiar, tiempo
libre, etc. por enfocarse únicamente en sus responsabilidades y actividades de
trabajo. Pero también se refleja en aquellas personas que dedican más tiempo a
la realización de su trabajo con el fin de hacerlo de una mejor manera,
aquellas que consideramos personas perfeccionistas, que se esmeran en realizar
sus responsabilidades de la manera más perfecta posible.
La
diferencia entre ambos tipos de workaholics es que el primero ha llegado a un
nivel obsesivo por esforzarse en su trabajo y el segundo lo hace con una
motivación de por medio. Si bien es cierto uno puede verse de manera de negativa
y el otro de manera positiva, es importante hacer una reflexión de la actitud
que tenemos ante el trabajo, ya que ser un workaholic también puede derivar en
enfermedad de quien padece éste mal como alta presión, fuertes crisis de
ansiedad que deben ser tratadas necesariamente por un médico especialista, en
éste caso un psiquiatra.
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